Salmanjito, el salmón naranjero es el personaje que mejor ilustra la evolución de Convenio R.A. de Ediciones desde su creación en octubre de 2.011. Contra corriente. como mandan los cánones de todo buen salmón que se precie. Este simpático animalito, como la flor de Javier Krahe,  no pronuncia una sola frase, porque los peces no hablan y los de plástico menos.

Y así, callado, nos demuestra de que increible manera se puede sacar de donde siempre nos han dicho que no se podía porque no había.

 

La actividad editorial comenzó como autor en 1.983 con el libro "Ritmo contra tartamudez",(Madrid, Las mil y una ediciones) ISBN: 84-85805-18-6

 

En el fondo editorial de Convenio R.A. de Ediciones, figuran dos títulos publicados y varios proyectos más en fase de preparación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ritmo contra tartamudez. Las mil y una ediciones. Madrid 1983. PVP 12€

Los ejemplares que se conservan, están un poco deteriorados por la acción de la humedad y el paso del tiempo.

 

 

 

El Convenio R.A. (Indígnate si quieres, pero guarda las tijeras y mueve el culo).Muchos de sus lectores, lo llaman "el libro de la crisis". En cualquier caso no te dejará indiferente. Es en cierto modo el culpable de este proyecto y  esta web.En Breve más informacion. PVP 15€ 

 

 

La terapia(El otro discurso del Rey) empezó a escribirse a finales de 2.010, como réplica a la película del mismo nombre y a un artículo http://www.nytimes.com/2011/02/26/health/26stutter.html?pagewanted=all&_r=0

publicado simultaneaente por The New York Time y La Nación de Buenos Aires. Párrafo a párrafo La terapia, desmonta los tópicos típicos de miles de años. PVP 17€.

Fragmento.

La terapia.

Empezó a mirar el expediente desde el principio. Y hojeó la primera denuncia de Demóstenes. En realidad, la había formulado Era Papandreu, en Atenas casi 25 años atrás. Se sorprendió de saber griego, así de repente. No se hizo preguntas. Estaba allí para resolver el caso, no para matricularse en la escuela de Idiomas.
Los datos eran de una Comisaria ateniense, del barrio de El Pireo. Era Papandreu había presentado una denuncia por robo de la fluidez verbal de su hijo. Y allí constaba, que el Sargento Zorba Nikopolidis, le dijo que Demóstenes era demasiado pequeño para que aquel robo fuera considerado delito. Que volviera un año después.
La señora Sarakakis, frecuentaba aquella comisaría más de lo deseado, y Nikopolidis la conocía más por las palizas que le propinaba su marido, que por los atracos al pequeño Demóstenes. 
En aquellos años en Grecia, como en muchos otros países, la violencia de género, no estaba tipificada como delito. No había 016 ni nada por el estilo. Además, lo que Constantinos Sarakakis hiciera con su mujer, era (con minúscula) asunto exclusivamente suyo. Diez meses después, Era (con mayúscula) volvió a llevar a Demóstenes ante Nikopolidis.
—Ha transcurrido menos de un año, pero a mi niño lo han atracado otra vez. Desde que le robaron su fluidez verbal, ha cambiado mucho. Es más retraído. Sus compañeritos del colegio, se ríen de él. No sabe bien las que estoy pasando, señor Nikopolidis. No quiere ir a comprar el pan. Tengo que escribirle los recados en un papel. Para calmarlo, hablo por él siempre que puedo. Este niño lo es todo para mí. Su padre se fue hace seis meses y aunque no tengo dinero, así estamos mucho mejor, más tranquilos. Quiero presentar la denuncia.
Nikopolidis carraspeó y dijo: —Con estos atracos siempre pasa lo mismo señora Sarakakis.
—Papandreu, le corrigió Era. —Papandreu.
—Bueno, Papandreu. Disculpe. Le decía que las madres siempre vienen preocupadas por estos robos, cuando ya es demasiado tarde...
— ¡Cómo que demasiado tarde! Si estoy aquí es porque usted me dijo hace diez meses, que era un robo sin importancia, ¡que volviera dentro de un año!
—Perdone, pero creo que debió entenderme mal. De todos modos no se preocupe, el niño es pequeño todavía, y seguro que hay solución para su caso. Dígame, ¿qué le robaron exactamente?
Era Papandreu, la dulce, estaba realmente irritada. — ¿Que qué le robaron, señor Nikopolidis? Lo mismo que hace diez meses: la fluidez verbal, eso que quise denunciar la otra vez y usted me dijo que no era nada. No era nada, porque era la de mi hijo y no la suya.
—Tranquilícese señora, dijo el sargento. ¿Le apetece un café?
—No, no me apetece un café, señor Nikopolidis. Me apetece que me devuelvan, la fluidez verbal de mi hijo. Quiero presentar una denuncia, y quiero que se sepa también, lo que usted me hizo: No aceptar aquella primera denuncia de robo.
—Bien, bien, no se preocupe. La encontraremos. Dígame ¿sabe quien se la robó?
—No. No tengo ni idea.
—Centrémonos en lo robado, ¿que fue exactamente?
—Demóstenes, repite palabras enteras, sílabas y a veces se bloquea, se pone rojo y parece que se fuera a ahogar. Si eso está mal, Sargento, entonces le robaron todo lo contrario.
—Hola muchachito... ¿cómo te llamas? Dijo el sargento.
La señora Papandreu, decía la verdad. Su hijo no pasó de la D.
— ¿Ve? Dijo llena de furia, ¡encima tenemos que suplicar y hacerle demostraciones, para que nos crean!—Me estoy volviendo loca, no sé qué hacer, de verdad se lo digo. 
Tranquilícese por favor. —me dice que no tiene ningún dato sobre quien pudo robarle, ¿verdad?
—No. Contestó Era. He llegado a pensar que fue mi ex marido, o lo que la situación familiar, pudo influir en el niño. Pero son cosas muy intangibles. Constantinos no se la iba a llevar en el bolsillo, tan malo no era. Yo aunque soy una madraza y quizá lo protegiera demasiado, tampoco. ¡Sería lo último que haría! Mis amigas me llenan la cabeza de posibles ladrones. De pronto estoy rodeada de expertos, que todo lo saben.
Señora Papandreu. No investigue por su cuenta. Para encontrar al ladrón, si es que lo hay, estamos nosotros. Eso sí, no debe ocultar ninguna información de la que disponga.
Acepte la situación y los hechos consumados. Le propongo dos cosas: —
—Dígame Sargento.
—La primera, dijo Nikopolidis, no es que se resigne, pero sí que se centre en lo que su hijo no tiene ahora. A partir de ahí, trataremos de recuperarlo. Por ejemplo, esa incapacidad de pronunciar la D, hay que tratar de restituirla. Puede que nunca llegue a pronunciarla perfectamente. Otra cosa, cuando note que le falta aire, dígale que respire. Bueno, mejor no se lo diga directamente...ya me entiende. La correcta respiración, es muy importante. Los niños no saben respirar. Puede que le hayan robado también eso. O no, y sea una reacción más, que tiene desde el robo.
— ¿Sabe que pienso señor Nikopolidis?
—No, dígame.
—Pienso que he venido a poner una denuncia, y su incapacidad para encontrar al ladrón, lo lleva a que me hable de pulmones, de letras D y un montón de tonterías más. Que me consuele con lo que nos han dejado. Me extraña que no me diga, que quizá tenga algún problema en el oído, o un catarro mal curado y que por eso fuera más fácil que le robaran. 
—No me diga esas cosas por favor, señora Papandreu. Lo segundo que le iba a proponer, era someter a Demóstenes a una investigación intensiva de lo que le robaron. Y a un estudio minucioso, no de lo que tenía, sino de lo que tiene ahora mismo y a partir de ahí, tratar de volver a la situación anterior. No se preocupe, seguiremos buscando al ladrón y caerá sobre él, todo el peso de la Ley.
La dulce Era, se convenció un poco más. Y dijo. —Quizá tenga razón. La verdad es que el niño tiene ratos, en los que parece que no le hubieran robado nada. Cuando está solo, habla con amiguitos como él, o está conmigo, se expresa mucho mejor. Tenemos que ayudarle como sea. — ¿Cuando podemos empezar con ese Gabinete que me dijo?
—De inmediato ¿Le va bien la próxima semana?

Comentarios.

Recibidos hoy martes 23.4.2013. desde Argentina.

 

Hola Alberto! Buenos días..
Como sabrás, acá son casi las 4 de la mañana pero no puedo dormirme ya q tu libro me tiene atrapado..
Voy por el capítulo 6 nada mas pero me parece brillante hasta ahora, es increíble
Recién hoy pude comenzar a leerlo
No he tenido mucho tiempo

Cuando lees algo q estuviste esperando toda tu vida no importan los horarios

Me parece una genialidad realmente
Y está redactado y planteado de una manera muy inteligente me parece
Es una humilde crítica

Pues me parece q has escrito una maravilla, lo mejor q he leído sobre este tema
Debes ser, en el mundo, la persona q mejor explica y trata el tema Alberto
Tienes q estar orgulloso Es histórico lo q has hecho, sin exagerar

Me parece genial
Ya era hora de q alguien hiciera algo en serio por el mundo, felicitaciones
Es admirable
Voy a empezar el X
Un abrazo

Convenio R.A. La terapia de la crisis. El extraño caso de NTD y el oso ArturoUn nuevo caso por encargo para Saitam y Miguel. Esta vez toca buscar al responsable nada menos que de la crisis. La estructura del libro es idéntica a la de La terapia. Cuando se aplica la lupa de la criminología a los problemas, sean del tipo que sean,  las coartadas y los falsos culpables desaparecen como por arte de magia. Y a ver quien es el guapo que demuestra lo contrario. PVP: 18€

El hombre que no quería olvidar.

 

Un libro de rabiosa actualidad. Hamed El Achad, un economista sirio llega a las costas de la isla de Lesbos en setiembre de 2015. Incapaz de recordar qué hace allí y a qué fue, el inspector Dimitros Kutselinis, lo ayudará a que aflore lo que no quiere olvidar. El Alzheimer, la deuda griega y la otra, los refugiados e inmigrantes, junto con el dieselgate de VW, y la crisis, sirven de telón de fondo, para una historia  que tú tampoco querrás olvidar. PVP: 16€ 

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Un poco de casi todo  (por ahora)

 

Un poco de casi todo, es la recopilación o más bien la selección de las viñetas y reflexiones de una investigación económica llevada a cabo desde la primavera de 2011, aunque se estuvo gestando tiempo atrás. Mereció la pena escribirlo, espero que puedas decir lo mismo de leerlo. PVP 15€ 

El taxista del capitolio.

El senador toma el taxi KXP-4101  para ir al aeropuerto de Washington y el YJK-9603  lo lleva al hospital de Arizona. A pesar del nada favorable diagnóstico, decidirá volver al senado para votar a favor de la ley de asistencia accesible. Joe, siguiendo los consejos de su padre y gracias al efecto de la Convenina 95/5, conseguirá lo que parecía imposible: Cuanto más ganan unos, más ganan otros, más recursos para los desfavorecidos y menos debemos. PVP 15€ 

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Confinados y Convenidos. Confinados y Convenidos tiene una ambiciosa pretensión: demostrar que (y cómo) es posible cumplir y respetar los protocolos de la lucha contra desastres, sean estos del tipo que sean (incendios, inundaciones, tratamiento y cuidado de enfermos, pandemias, investigación, terremotos, huracanes, etc) y al mismo tiempo reactivar la economía, crear empleo, aumentar los ingresos y la capacidad de pago, reduciendo la deuda, en unos momentos y circunstancias en que lo normal sería todo lo contrario.

 

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